Los certámenes de belleza, tienen una crítica dividida: hay quienes gustan de verlos porque enaltece a la mujer, y existe la contraparte que dice que el sexo femenino es cosificado en ese tipo de espectáculos.
Perú, dio un giro de 360 grados en su edición de este año. Al presentar 23 aspirantes que desfilaron en el escenario, presentando como sus “medidas”, encabezados que ponían en manifiesto cifras y hechos alarmantes que han y ponen en riesgo la vida miles de mujeres; sucesos de mujeres cercanas o no a ellas que han padecido violencia física o sexual.
“Mi nombre es Karen Cueto y represento a Lima. Mis medidas son 83 feminicidios y 156 tentativas en lo que va del año”.
“Soy Diana Rengifo, represento a Ucayali y mis medidas son: más de 300 mujeres en mi departamento son agredidas física y psicológicamente”.
Fueron algunas de las frases que emitieron las mujeres que mostraron que más que festejar su belleza y espectacular cuerpo, celebran la vida misma. De las 23 concursantes, a las finalistas se les cuestionó sobre las leyes que sancionan la violencia de género en su país.
La ganadora, Romina Lozano, apeló a la creación de una base de datos de los agresores, con la finalidad de que todas las personas puedan tener acceso a ella.
El conductor cerró la transmisión puntualizando: “No queremos un país con más violencia. No sólo se trata de estas 23 mujeres. Se trata de todas las mujeres que tienen derecho y merecen respeto. No más violencia. Este es el mensaje de este Miss Perú”.
