Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, informó que luego del derrame petrolero que afectó a más de 200 playas del país, lo peor está por venir, ya que se están empezando a presentar los efectos del mismo, afectando ya a un santuario de ballenas jorobadas y lugar de formaciones coralinas únicas en el mundo.
Autoridades brasileñas indicaron que el principal sospechoso de esta catástrofe es un carguero de bandera griega que se abasteción de combustible en el puerto de José, en Venezuela.
Manchas de petróleo podrían llegar a los estados de Espíritu Santo y Río de Janeiro, arrasando con cientos de diversas especies, mermando sus poblaciones.
