La conferencia sobre Ucrania, celebrada el 15 y 16 de junio en el complejo turístico de Burgenstock, concluyó sin consenso total. De los 92 países participantes, solo 79 suscribieron la declaración final, incluyendo a la anfitriona Suiza.
Entre los países que no firmaron el documento se encuentran México, Brasil, Colombia, Arabia Saudita, Armenia, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, India, Indonesia, Libia, Sudáfrica, Tailandia y el Vaticano.
La cumbre, ubicada cerca de Lucerna, buscaba abordar soluciones para el conflicto en Ucrania, pero encontró resistencia significativa de varios países clave.
A pesar de la amplia convocatoria, los presidentes de Estados Unidos, China y Brasil no asistieron al encuentro, lo que dejó su peso diplomático ausente en las discusiones.
Rusia, que no fue invitada por Suiza, había comunicado previamente su decisión de no participar, calificando como “ilógico e inútil” intentar resolver el conflicto sin su intervención.
La declaración aboga por la seguridad nuclear y el libre tránsito marítimo, y destaca la importancia de la inclusión de Rusia en futuras negociaciones de paz.
Durante la clausura, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, reafirmó el compromiso de México con la diplomacia y el diálogo, subrayando que las soluciones deben alinearse con los valores humanitarios y pacifistas de México.
“Estamos aquí para reiterar nuestro apoyo a los principios de la Carta de la ONU, el derecho internacional y la soberanía territorial. Nos oponemos firmemente a las invasiones y agresiones violentas, incluidas las contra instalaciones diplomáticas”, declaró Bárcena.
Según Bárcena, México aboga por la inclusión de Rusia en las conversaciones, la mediación de la ONU, medidas de confianza negociadas gradualmente, y mantiene una estrecha vigilancia sobre las investigaciones de la Corte Penal Internacional acerca de los ataques rusos a la infraestructura energética en Ucrania.
La declaración final del encuentro pide el control soberano de Ucrania sobre todas las centrales nucleares en su territorio, especialmente Zaporiyia, y condena la deportación ilegal de civiles a Rusia.
Los firmantes, entre los que se incluyen Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y varios países latinoamericanos, subrayan la importancia de garantizar una navegación segura y libre, así como el acceso a los puertos en los mares Negro y Azov.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, agradeció a las delegaciones su participación y comprensión sobre la importancia de la seguridad en las instalaciones nucleares.
“Todos estamos interesados en evitar cualquier peligro que provenga de estas plantas”, afirmó Zelenski.
Además, destacó la necesidad de mantener el flujo libre de alimentos como vital para la estabilidad global y contrarrestar la estrategia de caos que, según él, busca Rusia.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un mensaje en redes sociales, instó a Rusia a prestar atención a la llamada de la comunidad internacional para poner fin a su "violencia imperialista".
Por su parte, Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, resaltó el apoyo global a una paz "justa y duradera" basada en los principios de la ONU.
(Con información de EFE, Europa Press y Aristegui Noticias)