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Cuernavaca Sunrise brilla en su tercera edición

La tercera edición del Cuernavaca Sunrise ofreció música, talento local y un ambiente vibrante, consolidándose como uno de los festivales más atractivos de Morelos.

Fotografía: Helio Flores

Se llevó a cabo la tercera edición del Cuernavaca Sunrise, un festival que cada año crece en propuesta y convocatoria. La cita fue en el Campo Unión Patriotas, en la zona norte de Cuernavaca. Aunque el recinto es accesible, uno de los retos continúa siendo la falta de estacionamiento para la gran afluencia; sin embargo, llegar en transporte público o taxi resulta una alternativa sencilla.

Fotografía: Helio Flores

Al ingresar, los asistentes se encontraron con una zona gastronómica variada que destacó por la presencia de negocios locales con propuestas creativas. Las puertas abrieron a las 14:00 y, en punto de las 15:00, arrancó Pehuenche, dúo mexicochileno que inició con un ambiente suave para después elevar la energía. Más tarde fue el turno de Donovan Morales, quien, a pesar de algunos contratiempos técnicos, logró sobreponerse y dejar una grata impresión gracias a su fusión de funk con tintes electrónicos.

Fotografía: Helio Flores

La tarde continuó con Odisseo, banda que reunió a un nutrido grupo de seguidores jóvenes que no tardaron en encender el ambiente coreando sus temas más conocidos. Tras su presentación, el público pudo volver a recorrer la zona de alimentos, donde también destacaba la diversidad de edades entre los asistentes, reflejo del cartel variado que ofrece el festival.

Fotografía: Helio Flores

De vuelta al escenario, Little Jesus reafirmó su estatus como una de las bandas más consistentes de la escena indie nacional. Interpretaron canciones como “Magia”, “TQM” y “Azul”, aunque, como todo espectáculo de festival, algunos éxitos quedaron fuera debido a la duración del set.

Fotografía: Helio Flores

A continuación llegó DLD, grupo con un sonido sólido y una trayectoria que respalda su presencia constante en festivales de todo el país. Con sus clásicos lograron conmover y conectar con el público, especialmente durante su interpretación de “Mi Vida”, uno de los momentos más emotivos de la noche.

Fotografía: Helio Flores

Uno de los elementos que también destacó durante la jornada fueron los outfits del público, que aportaron una estética vibrante al ambiente del festival. Desde propuestas creativas inspiradas en tendencias actuales hasta atuendos más clásicos con toques personales, la diversidad de estilos reflejó la identidad plural del Cuernavaca Sunrise. Para muchos asistentes, el festival no solo es un encuentro musical, sino también un espacio para expresarse visualmente.

Fotografía: Helio Flores

La expectativa creció con la llegada de Caifanes. Saúl Hernández y compañía demostraron por qué siguen siendo una de las bandas más emblemáticas del rock mexicano. Abrieron con “Aquí no es así”, tema que aborda de manera poderosa la herida histórica de la conquista. El recorrido musical incluyó “Viento”, “Perdí mi ojo de venado”, “La célula que explota” y un cierre festivo con “La negra Tomasa”. Aunque la voz de Hernández muestra el paso del tiempo, su presencia escénica se mantiene imponente y capaz de unir a varias generaciones que coreaban al unísono.

Fotografía: Helio Flores

Posteriormente, Porter tomó el escenario con su ya característico sonido, interpretando piezas como “Espiral” y preparando el ambiente para Titán, una de las propuestas más singulares del cartel, que invitó al baile con temas como “Corazón”.

Fotografía: Helio Flores

La jornada concluyó como un mosaico musical de contrastes y emociones que reafirma la identidad del Cuernavaca Sunrise como un festival en crecimiento y con personalidad propia. Año con año se consolida como una de las propuestas más interesantes surgidas desde el corazón de Morelos, y deja al público a la expectativa de lo que traerá su próxima edición.

Fotografía: Helio Flores

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