ir al contenido

Detección oportuna: la diferencia entre vivir o morir

En octubre de 2015 Aracely tenía 46 años de edad y al momento de realizar la autoexploración en uno de sus senos sintió una bolita.

“Inmediatamente fui a hacerme la mastografía y salió algo sospechoso, me hicieron una biopsia y resultó que tenía un tumor maligno”Aracely

Araceli fue referida al Hospital de Ginecopediatría (HGP) No. 3A, en la zona norte de la Ciudad de México, y el 22 de diciembre, día de su cumpleaños, le realizaron una cirugía conservadora de tipo oncoplástica, procedimiento que le permitió conservar su seno al retirar el tumor y una porción del área afectada.

Tras la cirugía, requirió de ocho sesiones de quimioterapia, 25 radioterapias y durante cinco años ha tomado tamoxifeno.

“Precisamente este mes estoy cumpliendo cinco años de seguimiento y estoy a punto de que me den de alta. En este momento me encuentro libre de la enfermedad, no se puede considerar uno curado, porque el cáncer no tiene palabra de honor”Aracely

Araceli es madre de dos hijos, tiene un nieto, se mantiene activa y trabaja en una empresa de elevadores; continúa con su seguimiento en el Centro Médico Nacional La Raza y en el HGP No. 3A, así como una consulta anual en la que le realizan mastografía, radiografía de tórax, estudios del hígado, vías biliareas y huesos, con la finalidad de identificar alguna recurrencia.

Para ella y sus médicos es claro que el desarrollo favorable de su tratamiento se debió a la detección oportuna del tumor maligno en uno de sus senos.

Por ello exhorta a todas las mujeres mayores de 20 años, a auto explorarse las mamas una vez al mes para identificar cualquier anomalía.

Más reciente