El clásico de cada 14 de febrero, son las serenatas, y es que ¿a quién no le gustaría tener una velada musical?
Por más que sea un “clásico” de los enamorados, las serenatas al pie de los balcones aún es muy rentables para poder conquistar a la persona que tanto nos atrae, o mejor aún, demostrarle nuestro amor a quien ya está con nosotros.
Pero hagamos una pausa, no podemos dejar de lado a las personas importantes de las serenatas, sí, son los mariachis, tríos o bandas de viento, de acuerdo al gusto de cada quien, sin ellos nada de esto sería posible.
Aunque, lo más tradicional son los mariachis, su música de estos personajes son muy frecuentes en estos días; “Si nos dejan”, “Serenata huasteca”, “Hermoso cariño” y “Tatuajes”, son algunas de las piezas musicales más solicitadas el Día de San Valentín o vísperas de esta fecha.
Jesús Bustos Estrada, tiene una trayectoria de 25 años en la industria de la música con su grupo de mariachi y, que ha tenido bastantes anécdotas por recordar.

Una de ellas fue en los 90’s; un día precisamente 14 de febrero, un joven de aproximadamente unos 16 años había comprado un ramo de rosas, y por si no fuera poco tenía en sus planes darle una sorpresa aún más grande a su novia.
Aquel chico se acercó al grupo de mariachis del señor Jesús, era poco antes de las 12:00 de la noche cuando el joven preparaba el momento para su novia.
El muchacho les dijo:
“La casa de mi novia es en la Carolina (Cuernavaca), cuando lleguemos a su puerta comenzarán a cantar Serenata Huasteca“.
El grupo de mariachis, no tuvo objeción de la aventura que iban a emprender, los 7 músicos que en ese entonces acompañaban al señor Jesús, abordaron tres taxis para dirigir a uno de los barrios más populares de la Ciudad de Cuernavaca.
Los autos del servicio público llegaron hasta la calle Rubén Darío, los músicos descendieron de los tres taxis en los que se trasladaron, prepararon sus instrumentos, el joven empuñó su ramo de rosas y ahora sí, ¡Que comience la serenata!

Todos los mariachis estaban formados en media luna, aquella vivienda no tenía balcón, esperaban la salida de la chica por la puerta principal. Justo afuera, se encontraba el joven que con tanto cariño llevó serenata a su novia.
La trompeta, las guitarras, el violín y el guitarrón entonaban la estrofa de “que voy hacer, si deberás te quiero”, y la jovencita salió de su casa, la sorpresa había dado resultado.
Pero a no menos de uno metro, atrás de la chica salió su papá, interrumpió la melodía que sonaba en medio de la noche y con palabras del folclor mexicano subidas de tono, corrió a todo mundo de la fachada de su casa.
“¿Qué carajo es esto?, ¡Largo de mi casa!, a llevar su fiesta otra parte. ¡Lárgate!”exclamó el papa enfurecido.
Aquel joven, desilusionado y poco asustado no tuvo oportunidad de hablar con “su suegro”, al ver la agresividad del papá de la novia, los mismos mariachis le dijeron al joven que lo mejor era que se retiranrán de aquel lugar.
Son muchas historias las que pueden contar los engalanados personajes vestidos de negro, pero siempre será una clásico la serenata en 14 de febrero.
