El servicio de la justicia corre a cargo de los jueces y a partir de su eficiencia, se legitiman o no ante la sociedad, porque el Poder Judicial no es para los jueces sino que es hacia y por la ciudadanía.
Hace unos días, y derivado de una carta enviada, el Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldivar, realizó una visita al Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, teniendo la oportunidad de reunirse en privado y escuchar a 220 mujeres sentenciadas y procesadas, comprobando los vicios del sistema penal mexicano que desde hace mucho tiempo el propio Ministro Presidente ha venido señalando, como la necesidad de revisar la prisión preventiva oficiosa, establecer criterios más claros para la prisión preventiva justificada, desterrar los procesos tan largos que provocan que pueda haber personas que lleven diez o quince años presas sin haber sido sentenciadas, los delitos fabricados, las violaciones al debido proceso, las fallas de ministerios públicos, fiscalías, policías, juezas, jueces, en conclusión, todo un panorama que refleja el drama de las mujeres en prisión en México.
Este gran esfuerzo del Ministro Presidente, se da con el objetivo de visibilizar las condiciones de la impartición de justicia en México, no se trata de un ejercicio de él o para él, es un ejercicio para las y los justiciables que en muchos de los casos pasan de ser imputados a víctimas del sistema penal mexicano.
En un ejercicio de replicar las buenas prácticas, bien valdría la pena conocer el estado que guardan las y los reclusos en Morelos, pues si bien es cierto, en reiteradas ocasiones hemos hablado de impunidad cuando vemos a una persona que lleva determinado proceso en libertad, lo cierto es que, tal y como lo hemos mencionado en anteriores ocasiones, la impunidad se da cuando una persona que comete un acto contrario a la ley queda sin castigo.
De esta manera, debemos entender a la prisión como una excepción y no como una regla general, sobre todo tratándose de casos de mujeres que se encuentran recluidas sin recibir una sanción, es momento de comenzar a juzgar tambien con perspectiva de género pues en muchos de los casos existen mujeres que se encuentran cumpliendo penas por delitos que cometieron sus parejas.
Esta visita será pues, la punta de lanza para comenzar un diálogo nacional alrededor de la prisión preventiva oficiosa, que permita seguir cumpliendo con los principios fundamentales de la procuración y administración de justicia.
En Morelos, la búsqueda de justicia deberá ser una realidad, deberá modernizarse, profesionalizarse, certificarse con los más altos estandares de calidad, y deberá medirse bajo criterios de eficiencia, eficacia, transparencía, y con una apertura que permita recuperar la confanza de las y los morelenses.
