Que escenario tan más acertado y aterrador nos ha pintado Arturo Zaldivar, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Esta frase que duele, indigna y atemoriza:
“En México, se mata a las mujeres porque se puede…”.
Y, sí, porque nadie hace nada para frenar la violencia feminicida que a diario nos arrebata a nuestras mujeres y que no tenemos ninguna garantía de no ser las próximas.
Pero en “México, se mata y desaparece a las mujeres porque se puede…” porque el grado de impunidad es muy alto y así lo dejan en claro los 229 feminicidios ocurrido en lo que va del 2022. De acuerdo con México Evalúa, se calculó un índice de impunidad directa con un promedio nacional del 94.8 % de los casos que no alcanzan resolución efectiva. Esto significa que prácticamente el estado no logra impartir justicia y los feminicidas no reciben castigos.
Es tan cierto lo que señala el Ministro Zaldívar “los hombres matan a las mujeres porque pueden, porque nadie hace nada”.
Pero el gobierno, no solo no ha sido capaz de garantizar la seguridad de las mujeres; no ha implementado estrategias efectivas que eviten las violencias y los feminicidios, tampoco destina los recursos financieros necesarios para dar apoyo a las mujeres, y eso queda claro con la desaparición de las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo, eso también merma el desarrollo del sector femenino.
Aún así, a pesar de las omisiones de las autoridades, las movilizaciones de colectivos feministas, siguen siendo juzgadas, cuando el mismo presidente de la Suprema Corte ha referido que “son gritos de dolor e indignación de las familias que han perdido a sus integrantes”.
Y es que como pedirle a los padres de Debanhi, Evelyn, Fatima, “calcetitas rojas”… que no griten, que callen, que no exijan, que no pinten monumentos… ¿Cómo hacer que su dolor se vaya?
Las cifras que citan las autoridades hacen referencia a reducciones puntuales en delitos como el feminicidio y las violaciones. En contraste, las organizaciones de la sociedad civil que trabajan día a día con las víctimas señalan que en un contexto más amplio la violencia feminicida en el país está lejos de acabarse y lejos de mejorar. El retrato que dan es el de unas autoridades rebasadas por el horror.
“Cada vez se asesina a mujeres más jóvenes y con mayor ensañamiento”, señala la directora del Observatorio Nacional del Feminicidio, María de la Luz Estrada y agrega otro dato:
“Los feminicidios de niñas y adolescentes de 0 a 17 años se han incrementado año con año desde 2015 hasta los 542 en septiembre de 2021″, citando cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Estas cifras fueron presentadas por el portal El País.
Hoy, se mata a las mujeres porque en la búsqueda de acceso a la justicia, las instancias encargadas de la impartición se ven rebasadas ante escenarios de terror y optan por incurrir en revictimizaciones y malos tratos hacia los denunciantes.
“Hay falta de voluntad por parte de las autoridades porque lineamientos sobran: Tenemos una legislación muy completa, pronunciamientos de la Suprema Corte sobre violencia de género, tenemos sentencias de la Corte Interamericana, México ha firmado tratados internacionales, pero no sirve de nada si los operadores del sistema no los aplican, no sé si por ignorancia o por dolo”, dice Mariel Albarrán, víctima de violencia, en una entrevista para El País.
