Julian Assange, fundador de WikiLeaks, ha sido puesto en libertad tras una prolongada saga judicial que abarcó más de una década. El activista llegó a un acuerdo judicial en las Islas Marianas del Norte, territorio estadounidense, declarándose culpable de un cargo de espionaje. A cambio, se le permite regresar a su país natal, Australia.
La decisión fue formalizada en el tribunal federal de Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, donde Assange apareció brevemente ante los medios. Saludó con la mano a los periodistas sin hacer declaraciones antes de subir a un vehículo.
Bajo los términos del acuerdo, Assange admitió conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de Estados Unidos. La jueza Ramona Villagomez Manglona dictó una sentencia que incluye 62 meses de cárcel, pero con crédito por el tiempo servido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en el Reino Unido, lo que resultó en su liberación.
La magistrada expresó deseos de paz para Assange y le adelantó un "feliz cumpleaños" por su próximo cumpleaños número 53 el 3 de julio. El caso marcó el fin de una larga batalla legal que comenzó en 2010 con la divulgación masiva de documentos clasificados estadounidenses por WikiLeaks.
Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres en 2012, evitando una orden de arresto sueca por acusaciones de abuso sexual, las cuales fueron posteriormente retiradas. Fue arrestado por las autoridades británicas en 2019 y pasó los últimos cinco años en prisión.
El avión privado de Assange partió hacia Australia alrededor de las 12:10 horas del miércoles, donde tiene previsto ofrecer una conferencia de prensa y reunirse con su esposa Stella y sus dos hijos. La aeronave privada ganó notoriedad mundial por transportar a Taylor Swift desde Tokio a Estados Unidos para el Super Bowl en febrero.