Una novia, en el día de su boda, se entera que su prometido tiene una amante. En lugar de cancelar el compromiso, se casan y se van por la noche de luna de miel a Cuernavaca. En el trayecto, ella comienza a reclamarle por su infidelidad.
El esposo, al sentirse descubierto, se orilla en la carretera para aclarar la situación; salen del auto y comienzan a discutir acaloradamente. La mujer se altera más y le da de cachetadas; el novio pierde la cabeza y saca una navaja sólo para espantarla pero, ella sin intimidarse, se le va nuevamente a los golpes. El hombre la apuñala en varias ocasiones, dejándola ahí tirada; creyendo que ya estaba muerta, sube a su auto y se da a la fuga.
La mujer como puede, se pone de pie y pide ayuda al primer automovilista que pasa, en este caso a un trailero. El buen hombre se detiene a ayudarla, la sube para llevarla a un hospital, pero la mujer ha perdido mucha sangre y a los pocos minutos fallece.
Cuenta la leyenda que, si vienes manejando solo, por la noche, en la carretera de México-Cuernavaca, a la altura de donde estaba el monumento a Morelos, se te aparece la novia apuñalada pidiendo un aventón; si no te detienes, de todas formas se te sube al auto y la puedes ver sentada atrás de ti por el espejo retrovisor.