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El 25 de marzo de 1930 en Chihuahua, en el aparador de una famosa tienda de vestidos de novia fue exhibida por primera vez “La Pascualita”, un maniquí muy peculiar, no solo por su belleza si no por su real apariencia.

La historia dice que la hija de la dueña de la tienda de novias, en el día de su boda, se convirtió en el día más trágico, pues un alacrán le picó causándole la muerte. Su mamá destrozada decidió embalsamar a su hija para inmortalizar su recuerdo, haciéndola el principal maniquí de su tienda y la pone en el aparador vestida de novia.


Son cientos de personas que aseguran que la han visto mover los ojos, sentir que los sigue con la mirada o que sonríe, aunque otros incluso aseguran que por la madrugada “La Pascualita” cobra vida, deambulando por las calles y los pasillos de la tienda para encontrar el vestido perfecto. Son muchas las empleadas que han renunciado al ser testigos de que el espíritu de la novia sigue dentro del maniquí. En una ocasión una mujer fue herida de bala frente a ella, la mujer le pidió ayuda y La Pascualita la salvó de morir.

Aunque es un poco escalofriante el hecho de que un maniquí esté poseído, para las novias próximas a casarse es más como un augurio de buena suerte. Muchas novias que han llegado a comprar el vestido que La Pascualita está usando, aseguran tener matrimonio exitoso.