La atresia de vías biliares es un problema del hígado que afecta a los recién nacidos que se manifiesta por una coloración amarilla de la piel, desde el año 2013 el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) implementó el Lineamiento para el diagnóstico oportuno de este padecimiento, con el fin de realizar una cirugía antes que avance la enfermedad, de preferencia antes de los 45 días de vida.
Especialistas detallan que esta malformación obstruye el paso de bilis hacia el intestino, y si los bebés no son atendidos a tiempo se puede ocasionar inflamación, cirrosis progresiva o insuficiencia hepática.
Si el procedimiento no se hace en forma temprana, antes de los tres meses de edad, ya establecida la cirrosis biliar, el único tratamiento quirúrgico en algunos casos podría ser el trasplante hepático.
Hasta ahora se desconoce la causa de esta malformación, pero se considera la influencia de factores inmunológicos, tóxicos y virales para este cuadro que se presenta en todas partes del mundo y afecta de uno a 18 mil recién nacidos vivos, aproximadamente.
Síntomas
La atresia de vías biliares se manifiesta durante el período neonatal con ictericia, evacuaciones pálidas por falta de bilis en el intestino y distensión abdominal por crecimiento del hígado, en un niño que aparentemente se encuentra en buen estado de salud, así como la coloración de la piel.
Las complicaciones son hemorragias por alteración en los tiempos de coagulación; albúmina baja que condiciona retención de líquidos y presentan lo que se conoce como hidropesía.
