Científicos han dado un paso significativo hacia la comprensión de la vida microscópica bajo tierra al descubrir una red eléctrica subterránea impulsada por bacterias. Este hallazgo arroja luz sobre cómo ciertos microorganismos prosperan en entornos desafiantes, donde el oxígeno es escaso o prácticamente inexistente.
El protagonista de este fascinante descubrimiento es la Geobacter sulfurreducens, una proteobacteria especializada en sobrevivir en condiciones extremas. Durante años, los científicos han estado desconcertados por su capacidad para prosperar en tales entornos, y ahora, un estudio publicado en Nature Communications está comenzando a desentrañar el misterio.
Esta bacteria utiliza filamentos externos, conocidos como nanocables, para liberar el exceso de electrones en su entorno, conectándose con minerales y otros microorganismos de manera similar a una red eléctrica subterránea. Sin embargo, hasta ahora no se entendía cómo lograba este proceso.
El estudio revela que ciertas proteínas llamadas citocromos son responsables de proporcionar el impulso eléctrico necesario para liberar los electrones. Este conocimiento no solo amplía nuestra comprensión fundamental de la biología microbiana, sino que también podría abrir nuevas oportunidades tecnológicas y ayudar en la lucha contra el cambio climático.
Los autores del estudio, citados por la Universidad de Yale, destacan el potencial de este descubrimiento para mitigar las emisiones de metano, un importante contribuyente al calentamiento global. Al comprender mejor los procesos metabólicos de los microbios, podríamos desarrollar estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
