Luego de la explosión del almacén donde se guardaban toneladas de nitrato de amonio, ubicado en un puerto de Beirut, la cifra de víctimas incrementó a 137 fallecidos y más de 5 mil heridos.
Se calcula que cerca de 300 mil personas se quedaron sin casa en la capital de Líbano, un país que enfrenta una crisis económica y pobreza en casi el 50 % de sus habitantes; sumado a la crisis del COVID-19.
Este jueves llegó al país el presidente francés Emmanuel Macron, quien aseguró a la prensa que hoy se necesitan reformas indispensables para evitar que Lívano continúe hundiéndose.
Macron aseguró que Francia conserva lazos profundos con Líbano al concluir la Segunda Guerra Mundial; añadió que su intención es “organizar una cooperación europea y más ampliamente la ayuda internacional“.
Por fortuna varios países se han sumado y ya enviaron a socorristas y material de emergencia; además la Unión Europea informó que dará una ayuda por 33 millones de euros, es decir, unos 40 millones de dólares.
Sobre el origen de la explosión, el jefe de la diplomacia libanesa, Charbel Wehbé, anunció la creación de una comisión de investigación “que tiene 4 días para dar un informe detallado sobre las responsabilidades”.
Con información de AFP.