“Carla” es una mujer de 34 años que en el 2017 se casó con “René“, hombre 3 años mayor que ella. Su matrimonio y relación en general iba viento en popa. Ambos confiaban el uno al otro y creían que la infidelidad era cosa de otras parejas, pero todo cambió cuando en diciembre de 2018 un mensaje de “Feliz Navidad, bebé” recibido en el celular de René a través de Facebook, fue visto por Carla. Al abrir la conversación se dio cuenta que ambos llevaban hablando por varios meses, y las conversaciones eran en algunas ocasiones, subidas de tono romántico.
Tras leer ese mensaje, René pidió a su esposa una nueva oportunidad, lo cual fue aceptada por ella, pero en el mes de marzo de 2019, otro mensaje ahora por Whatsapp, fue leído por Carla. Se trataba de otra mujer con quien René se mandaba fotos sexuales. Por supuesto, su divorcio fue inminente.
Así como la historia anterior, existen muchos casos donde las parejas parecen llevar una vida normal, pero en muchas ocasiones, las redes sociales como Facebook, Whatsapp o Tinder, esconden mensajes que van más allá de una simple conversación.
Según un estudio publicado por Cyber Psychology and Behaviour Journal, desde que Facebook existe, 28 millones de divorcios en el mundo se han presentado por el uso de esta plataforma.
El INEGI detalló que en México los divorcios aumentaron un 71 %, pasando de 86 mil en 2010, a 147 mil en 2017.
Aunque las estadísticas no señalan cuántos matrimonios han roto por mal uso de las redes sociales, expertos terapeutas dicen que el uso de celular ha afectado hasta el punto de que el simple hecho de que el novio o novia vea el celular, ya genere celos o se acuse de “falta de atención”, que a la larga provoca la separación.
