Después del sismo de M7.1 en California el pasado 5 de julio ocurido a solo 900 metros de profundidad, se abrió una grieta muy cerca del epicentro del terremoto, en la ciudad de Ridgecrest.
La cuarteadura, que atravesó el desierto, fue tan grande que se logró ver desde el espacio, así lo confirmaron las imágenes satélitales de la compañía privada Planet Labs.
Además hubo severos daños a carreteras del condado, sumado a los incendios, corte en suministros de servicios y daños en viviendas.
Los expertos advierten que pueden venir más movimientos telúricos más fuertes que podrían fracturar la falla de San Andrés y provocar el famoso terremoto catastrófico, “Big One”.
