El gobierno de Estados Unidos ha intensificado su enfoque en la seguridad nacional al proponer una legislación que limita las relaciones comerciales con empresas biotecnológicas chinas. Este proyecto de ley, motivado por preocupaciones sobre la recolección de material genético estadounidense, es un esfuerzo por proteger los intereses y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.
Esta iniciativa surge en respuesta a la colaboración entre empresas biotecnológicas chinas y el Ejército Popular de Liberación. Según informes del Comité Selecto de Competencia Estratégica de la Cámara de Estados Unidos, se teme que el material genético estadounidense recopilado por el Instituto de Genómica de Beijing (BGI) sea utilizado para investigaciones militares chinas, incluyendo el desarrollo potencial de armas biológicas.
Este proyecto legislativo no solo apunta a la protección de la información genética, sino que también afecta la competencia económica y científica en el sector biotecnológico. La propuesta ha provocado un descenso del 1.6% en el índice Hang Seng, reflejando el impacto en el desempeño bursátil del mercado de valores de Hong Kong. Empresas como WuXi Biologics, pioneras en biotecnología, han experimentado una caída significativa en su valor, mostrando la profundidad del impacto de estas medidas en el sector.
Este enfrentamiento entre Estados Unidos y China no se limita al ámbito de la biotecnología, sino que se extiende a áreas como la inteligencia artificial y el sector aeroespacial. Ambos países están enfrascados en una competencia por la supremacía científica y tecnológica, con implicaciones que van más allá de los mercados financieros y afectan el desarrollo global de la innovación.
A medida que avanza esta competición tecnológica, se plantea una interrogante crucial: ¿Cuál de estas dos potencias prevalecerá en el liderazgo científico y tecnológico mundial? El curso de esta rivalidad no solo determinará el futuro de la biotecnología, sino también el rumbo de la innovación y el poder económico a nivel global.
