Un joven biólogo en Indonesia creó una bolsa hecha a base yuca, un producto con características similares a las de plástico, pero estas se disuelven en el agua y puede ser comida por los peces.
Kevin Kumala es el fantástico creador, quien después de estudiar por 10 años en Estados Unidos regresó a su país de origen; se dio cuenta que las playas estaban llenas de botellas y bolsas de plástico que tardarán hasta 300 años en degradarse.
De inmediato puso manos a la obra y sacó provecho de la yuca, un tubérculo que abunda en sus tierras; se dio cuenta que con el almidón se podía fabricar una tela con características similares al plástico, de modo que tuviera las mismas funciones. La diferencia es que las bolsas fabricadas con este material pueden degradarse para convertirse en composta en un lapso menor a 100 días, o que se si tocan el agua agua caliente se disuelven de forma inmediata, además de que sirven como alimento para los animales marinos.
El proceso de fabricación es el mismo a las bolsas de plástico, con la diferencia que cuestan cinco centavos de dólar, es decir, más del doble que una normal.
Fue en el 2014 cuando abrió la fábrica Avani Eco, al lado de su socio Daniel Rosenqvist, donde crean otros productos a base de yuca y maíz, como popotes, vasos y otros envases desechables.
