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Buscó a su hijo y lo encontró, lo sepultó y ahora ayuda a localizar a más desaparecidos

“Porque son tesoros que tenemos que buscar”, relató una madre que buscó a su hijo por más de 5 estados de la República Mexicana; los restos de su hijo los halló, pero eso no la detiene a seguir luchando y trabajar para encontrar a más hijos, hijas, hermanos, esposas, incluso madres desaparecidos en todo México.

Virginia Peña Zamudio es oriunda de Coatzacoalcos, Veracruz, su hijo fue desparecido cuando se encontraba en un taller mecánico de aquella localidad en 2015; a partir de ese año, Virginia se dedicó a buscar a su hijo que, su más grande error fue estar en el lugar equivocado.

El camino ha sido largo: Guerrero, Jalisco, Colima, Michoacán y por supuesto recorrió todo Veracruz para poder localizar a Rosendo, su hijo.

Rosendo Vázquez Peña, trabajaba dentro de un taller mecánico, como en un día cualquiera el trabajo era arduo y atendían los coches que acudían a este taller, sin embargo, un supuesto cliente llegó hasta este local mecánico.

Un hombre alto, de complexión robusta, con prendas oscuras y una gorra, descendió de una camioneta con un arma larga en la mano, entró al taller junto con otros 3 hombres, de aquel lugar desaparecieron 4 personas, entre ellas Rosendo Vázquez.

Virginia desde el primer día en que Rosendo no llegó a casa, emprendió su búsqueda, comenzó colocando letreros en cada poste de Veracruz, después a compartir la foto de su hijo a través de redes sociales por si alguien tenía alguna pista sobre su paradero.

Pero eso no era suficiente, se unió al colectivo “Madres en Búsqueda”, desde entonces comenzó a cavar en predios, terrenos, minas, por todos lados a dónde el colectivo iba, Virginia ahí estaba para buscar a su hijo, nunca descansó, apenas y dormía, pero su lucha es incesante.

Virginia sacó fuerzas, ¿de dónde?, del cariño y amor que tiene una madre cuando su hijo es víctima de desaparición forzada; siempre cargando pico, pala o incluso con sus propias manos busca hasta lo más profundo de la tierra para hallar alguna pista.

La mamá de Rosendo, no conoce límites, tampoco es una mujer tan joven, incluso su búsqueda imparable ha causado estragos en su cuerpo, tiene ojeras en el rostro, las jornadas en campo, bajo el rayo del sol ha oscurecido un poco el tono de su piel, siempre con el cabello envuelto en una trenza, remachado con el broche de una gorra que también ayuda a soportar la luz del astro rey.

Así buscó, y apoyó a las familiares que buscan a sus tesoros, porque no están buscando culpables, sino a sus seres queridos.

Hasta el 28 de octubre de este año, fue que Virginia recibió noticias, mediante una campaña en la que se revisaban a cuerpos no reclamados en un panteón municipal de Coatzacoalcos.

Poco a poco las versiones de las autoridades de aquel Estado fueron aclarando el caso de Rosendo, pues desde 2016 el cuerpo de este joven permaneció sepultado, olvidado y sin dar seguimiento a su carpeta, pues aparentemente nadie había reclamado el cuerpo de Rosendo.

Así es, Virginia recorrió estados, sufrió y buscó durante 5 años, y pudo haber tenido respuesta concreta al año siguiente de la desaparición de Rosendo, pero todo parece indicar que las autoridades de Veracruz dieron un simple “carpetazo”.

Virginia por fin encontró a su hijo, le dio una cristiana sepultura el pasado 30 de octubre, podrá descansar y sabrá que su hijo ahora ya no sufre en el espacio terrenal, aquella pesadilla que seguramente sufrió en 2015, ha terminado.

Pero esto aquí no termina, Virginia ahora sigue su búsqueda, se integró a la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas, ¿cuál es el fin?, ayudar a las familias, a más hermanos, hermanas, papás y mamás a buscar a su seres queridos.

“Porque son tesoros que tenemos que buscar”, dijo Virginia.

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