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“¿Cómo nos arreglamos?”, es sin duda una de las frases que más podemos relacionar, tal ves hasta de manera inconsciente cuando se trata de platicar o describir diversos encuentros entre la ciudadanía y la policía, desafortunadamente en Morelos el 47 % de los ciudadanos que tuvieron contacto con autoridades de seguridad pública en el último trimestre del 2021, experimentaron algún acto de corrupción, según datos de la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI.

¿En qué momento pasó la policía de ser una figura de respeto y autoridad, a una figura de miedo, burla o descalificación?, ¿En qué momento como ciudadanía, dejamos de respetar a una institución tan honorable y tan cercana a nosotros, y comenzamos a ofenderla con insultos u ofertas tentativas que abren la puerta a la corrupción?

Para entender lo que sucede, es indispensable regresar al origen de la situación, analizar la grave crisis de violencia e inseguridad en la que nos encontramos desde hace mucho tiempo, viendo y proponiendo soluciones que hasta ahora no han funcionado, necesitamos darnos cuenta de que uno de los principales componentes para mejorar la situación, es lamentablemente uno de los más débiles, olvidados, maltratados y rezagados, nuestra policía.

Claro que es importante tener más policías, como también lo es que estén capacitados en sus competencias y habilidades, pero mas allá de eso, la mayoría de las corporaciones policiacas viven en una condición de precariedad económica, lo que no les permite preocuparse ni ocuparse de sus labores como deberían, salvo municipios como Guadalajara, Monterrey, Querétaro y San Pedro Garza, en los cuales sus policías ganan de manera mensual 18 mil pesos libres de impuestos, el salario promedio de los policías municipales apenas alcanza  los 13 mil y muchas veces tienen que pagar por sus propios uniformes y gasolina, de acuerdo con el estudio “Hallazgos del sistema de indicadores del modelo nacional de policía y justicia cívica” realizado por el Instituto para la Seguridad y la Democracia, INSYDE.

El problema se agrava aun más, ante la desaparición de fondos en temas de seguridad como lo era el FORTASEG, destinado para apoyar y fortalecer precisamente a las policías municipales, lo cual resulta inexplicable cuando todos coincidimos en que la seguridad es indispensable para detonar el desarrollo de otras áreas igual de importantes como lo es la economía, el sector turístico y el ámbito social, precisamente por ello es momento de dejar de verlo como un problema únicamente del gobierno, y entenderlo como un problema que tenemos que resolver todas y todos los miembros de la sociedad, convirtiéndonos también en parte de la solución.

Ante esta cruda realidad, debemos actuar de manera inmediata estableciendo prioridades reales y atenderlas a la brevedad, entendiendo que con esos salarios será muy complicado lograr algún cambio, debemos considerar como una verdadera prioridad mejorar las condiciones laborales de nuestras policías, y no únicamente pagándoles mejor u homologando su salario como se ha propuesto tantas veces, sino otorgándoles prestaciones competitivas para que el ser policía no implique un empleo más, sino una aspiración, devolviéndole el valor, el respeto, la autoridad y el aprecio que se merecen.

Convoquemos a un “Pacto para fortalecer a nuestra policías” en el que participemos el gobierno, empresas y organizaciones sociales en favor de los cerca de 5 mil policías en Morelos, que empresas de seguros los apoyen con precios preferenciales para un seguro de gastos médicos mayores, las escuelas y universidades privadas ofrezcan becas para los hijos de policías, los restauranteros los apoyemos con vales mensuales especiales para consumo en nuestros establecimientos, los medios de comunicación donen espacios para campañas que revaloren el rol de las policías, los ciudadanos en general podríamos crear un fondo destinado a mejorar salarios y capacitación de manera voluntaria, entendiendo que dicha aportación es una inversión social para reconstruir la seguridad; es posible que estas propuestas parezcan muy costosas, pero…

¿No nos ha costado más quedarnos cruzados de brazos esperando que solo el gobierno haga algo?

Así es como “podemos y debemos arreglarnos” con la policía, demostrándoles que “si ellos nos cuidan nosotros los cuidamos, porque estamos juntos en esto”, jalemos parejo por la Seguridad Ciudadana que Morelos merece, por que sí, Morelos y sus policías merecen mucho más.

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