Tras la llegada al poder de los talibanes, en agosto de 2021, cuando las tropas y fuerzas de combate estadounidenses se retiraron de Afganistán, la crisis humanitaria que ya se vivía ha ido en aumento, ya que por no ser reconocido como Gobierno por Estados Unidos, ha congelado los fondos extranjeros y frenado la ayuda humanitaria.
Desde agosto de 2021, Joe Biden congeló al rededor de siete mil millones de dólares en activos, que el banco central afgano tenía en la sucursal de la Reserva Federal de Nueva York, más otros dos mil millones que están en reserva de otros países.
Esta situación ha provocado severa hambruna en los sectores más empobrecidos de esa nación, al grado de tener que sedar a los menores porque la falta de empleo y la depreciación de su moneda sólo permite comprar un trozo de pan para alimentarse en el día.
El La British Broadcasting Corporation (BBC) de Londres, ha documentado cómo ha ido empeorando la vida de los afgános, quienes además de tener que vivir bajo el estricto yugo talibán, están sufriendo violaciones a sus derechos humanos para poder acceder al derecho más básico, la alimentación.
El medio inglés entrevistó a algunos miembros de familias que viven asentadas entre escombros, en las zonas más precarias de Afganistán, quienes relataron que han tenido que vender riñones o algunos otros órganos de sus cuerpos, para recibir sumas de entre 2 mil y 3 mil dólares, que posteriormente utilizan para pagar deudas adquiridas por comprar alimentos o ganado para intentar mejorar su situación, el resto lo invierten nuevamente en alimentos.
Con la voz entrecortada y al borde de las lágrimas, algunas personas han narrado que han tenido que realizar actos que atentan contra la dignidad humana, como vender a sus hijas, menores de edad que van desde el año de recién nacidas, hasta los 14 años años, estas últimas son obligadas a casarse la mayoría de las veces.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), Médicos Sin Fronteras (MSF), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, conocido por sus siglas en inglés (UNICEF), y un grupo amplio de asociaciones humanitarias, economistas y actores sociales, han pedido al presidente Joe Biden que desbloqueé los fondos del Gobierno afgáno para que puedan ser utilizados en la reconstrucción de esa federación.
