Durante un partido en la Liga de Turquía, el portero del equipo del equipo Konyaspor fue expulsado del juego a los 13 segundos de haber iniciado; al parecer se desconcentró y salió a tomar el balón con las manos a nivel de media luna.
Tras haber dado el silbatazo inicial, el balón llegó hasta su área, por lo que se adelantó para acortar el avance, pero no se dio cuenta que llegó hasta el área de media luna, donde brincó para tomar el balón con las manos.
Al instante, arrojó el esférico a la cancha y avanzó hacia la banca mientras se quitaba los guantes; el árbitro al instante le mostró la tarjeta roja.
El momento quedó grabado en la historia como una de las expulsiones más rápidas en la historia de la Liga Turca.
Al finalizar el enfrentamiento, el marcador quedó 2-0 a favor de su equipo rival, Yenimalatyaspor.
