La posibilidad de que Germán Berterame sea convocado por Javier ‘Vasco’ Aguirre a la Selección Mexicana no sería un acontecimiento inusual para el experimentado entrenador. Aguirre, quien ha dirigido al Tri en las Copas del Mundo de 2002 y 2010, tiene un historial de convocar a jugadores naturalizados en momentos decisivos.
Durante su primera etapa al frente de la selección en el Mundial de Corea-Japón 2002, Aguirre apostó por Gabriel Caballero, un mediocampista argentino que había hecho su carrera en México, destacando con el Pachuca.
Caballero fue parte del equipo nacional en ocho encuentros, tres de ellos durante la justa mundialista, aunque no tuvo acción en el decisivo partido de octavos de final contra Estados Unidos.
En su regreso a la selección para el Mundial de Sudáfrica 2010, Aguirre volvió a confiar en un naturalizado. Esta vez fue Guillermo Franco, delantero argentino que había brillado en la Liga MX.
Franco tuvo una participación destacada, jugando en 13 partidos y registrando cinco goles y una asistencia, además de ser pieza clave en la conquista de la Copa Oro 2009, donde México derrotó a Estados Unidos en la final.
Junto a Caballero y Franco, Vicente Matías Vuoso también recibió la confianza de Aguirre, aunque su participación se limitó a un amistoso contra Australia en 2010, quedando fuera de la lista final para el Mundial.
La incorporación de jugadores naturalizados en la selección mexicana no es un fenómeno reciente. Otros jugadores, como Jorge Romo y Carlos Blanco Castañón en los mundiales de 1954 y 1958, Antonio Naelson ‘Sinha’ en 2006, y Rogelio Funes Mori en 2022, han demostrado que el talento nacido fuera de México ha sido fundamental en diferentes épocas del fútbol nacional.
Con la posibilidad de que Germán Berterame sea el próximo naturalizado en recibir el llamado de Javier Aguirre, se abre la oportunidad de verlo jugar en los partidos amistosos contra Australia y Canadá.