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La violencia se vive entre propios mexicanos

Bien lo adelantaba Isabel Allende, “No hay nada mas peligroso que la impunidad; es entonces cuando la gente enloquece y se cometen las peores bestialidades”.



En tres días de guerra, el Gobierno de Kiev en Ucrania reportó 198 fallecidos, mientras que de este lado del mundo en México, en esas mismas 72 horas la cifra llegó a 166 víctimas, al final todas esas perdidas humanas comparten bastantes similitudes.

Tanto en Ucrania como en México, esas perdidas son el resultado de una violencia desmedida en la que uno de los dos bandos se siente con el poder suficiente para desplegar a sus elementos y apropiarse del territorio del otro, sin embargo, en el primero de los casos estamos hablando de un conflicto internacional que involucra a una de las más grandes potencias mundiales, mientras que en el segundo, la violencia se vive entre propios mexicanos.

Y sí, en México existe mucho pueblo bueno y sabio, de eso no tenemos duda, y sí, también somos más los buenos, pero desafortunadamente no estamos tan organizados y muchas veces pareciera que no tenemos el mismo interés para que las cosas cambien y cuando por fin nos ponemos de acuerdo y decidimos actuar, nos encontramos con otro enemigo, la impunidad, que no es otra cosa que el saber que nada te pasará si cometes algún tipo de conducta delictiva o antisocial, ya quisiéramos los ciudadanos sentir esa seguridad, pero de que nada malo nos sucederá.


Así vemos y vivimos como a diario la violencia y la impunidad tienen presencia en todos los sectores de nuestra sociedad, desde el ciudadano que caminando por la calle tira basura sabiendo que nadie le dirá nada, el “hombre” que se siente con la libertad y peor aun con el con el derecho de golpear a su esposa, el taxista que se puede bajar de su coche con un cuchillo intentando hacerle daño a otro ser humano por un conflicto vial en pleno centro de Cuernavaca un viernes por la tarde, el literal fusilamiento de un grupo de más de 15 personas que asistían a un velorio a plena luz del día en Michoacán o bien, un Presidente de la República que puede salir y revelar datos personales de cualquier persona sin que nada ni nadie pueda evitarlo.

Y es que si bien pueden existir situaciones que nos permitan entender un poco lo que muchas veces sucede, la realidad es que nada, nada justifica la violencia, y mucho menos podemos ni debemos normalizarla.

Es momento de hacer un alto en el camino y pensar si realmente hemos perdido la capacidad de asombro ante todo lo que estamos viviendo, es el momento de pensar si realmente es el mundo que merecemos y en el que queremos vivir, es el momento de darnos cuenta cómo somos más los que pareciera que estamos arrinconados por unos cuantos, pero que lamentablemente son esos cuantos los que dominan nuestros miedos, es el momento de exigir soluciones reales e integrales que nos ayuden a atender la violencia desde lo local.

Necesitamos y merecemos mucho más que solo abrazos.

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