Al grito de “¡Go home, gringo!”, decenas de personas salieron a las calles este viernes en la colonia Condesa para participar en la Primera Marcha Contra la Gentrificación en México, una protesta inédita que coloca a la capital del país en el mapa de las ciudades que se rebelan contra el modelo urbano excluyente.

Convocada por colectivos, vecinos y organizaciones civiles, la manifestación denunció el encarecimiento de las rentas, la especulación inmobiliaria y el desplazamiento de habitantes por el auge del turismo residencial y los nómadas digitales, especialmente en zonas como Roma, Condesa y Juárez. “Se trata de nuestro derecho a la vivienda”, señalaron.


Con pancartas, megáfonos y consignas, los asistentes exigieron frenar la transformación acelerada de barrios tradicionales en espacios de lujo que expulsan a quienes han vivido ahí durante generaciones.


Incluso, desde sus balcones, algunos vecinos mostraron su apoyo a la movilización con aplausos y vítores.
Sin embargo, un reducido grupo de personas se desmarcó del tono pacífico de la protesta, realizando pintas y rompiendo cristales de algunos locales comerciales, lo que generó tensión momentánea y el rechazo de otros participantes.


Pese a ello, los organizadores calificaron la marcha como un primer paso hacia la articulación de un movimiento más amplio contra la gentrificación en México, que no solo afecta el derecho a la vivienda, sino también el tejido social y el medio ambiente urbano.