Se acaban de cumplir los primeros treinta días desde que las nuevas administraciones municipales han asumido sus encargos constitucionales, tiempo en el que la mayoría de la ciudadanía les hemos otorgado nuestro voto de confianza esperando que a la brevedad se entreguen resultados favorables en los rubro más sensibles y en los cuales existe una deuda histórica para con los gobernados, aún y consientes de que muchas de las necesidades no se pueden resolver de la noche a la mañana, las propuestas de campaña en su momento y hoy los discursos oficiales así lo han dejado de manifiesto, tal vez sea por simple desconocimiento en el mejor de los casos, sin embargo, la realidad es que en el día a día la percepción en temas como la seguridad sigue con una clara tendencia en contra.
Según la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana presentada por el INEGI, en Morelos el 78 % de la población considera que la delincuencia seguirá igual de mal o empeorará en los próximos 12 meses, lo cual deja de manifiesto la necesidad de contar con autoridades capaces, preparadas, consientes, pero sobre todo comprometidas en resolver los problemas que a diario se viven en el estado, ya que el tiempo desafortunadamente no corre a nuestro favor, a grado tal que hemos perdido la capacidad de asombro al enterarnos de manera diaria de diversos actos delictivos, muchos de ellos atentando contra la vida humana, como lo fueron en días pasados los enfrentamientos con armas de grueso calibre por las calles de Temixco o el lamentable asesinato de Ana Luisa Garduño, activista social y representante del Colectivo “Ana Karen Vive”, en el mismo municipio.
De esta manera, uno de los mayores problemas que en materia de seguridad que estamos enfrentando en el estado, y que en gran medida afecta de manera directa a la población, no lo es la falta de comunicación y coordinación de las autoridades, y no solo se trata de los desencuentros entre órdenes de gobierno o poderes del estado, sino en muchos de los casos entre las propias instancias y dependencias que integran a uno u otro, ya que en aras de justificar su existencia o bien, por el ímpetu y ánimo de dar resultados inmediatos, vemos cómo parecieran avanzar por pistas distintas, trabajando cada una por su lado sin tomar en cuenta que al final el beneficio o la afectación tendrán a un mismo destinatario, el ciudadano de a pie, así pues, sus esfuerzos aislados tendrán como resultado que se pulvericen los mismos, eso aunado a la falta de pericia para poder comunicar o trasmitir sus “logros”, teniendo como consecuencia el malestar y el descontento de la gente.
Por ello, no es casualidad sino causalidad que apenas el 14 % de la población haya considerado al gobierno municipal saliente de Cuernavaca como efectivo para resolver los problemas más básicos que se enfrentan en la capital del estado, ya veremos si la actual administración es capaz de sortear y resolver las adversidades que se le presenten, pero si de alguna manera lo podrá lograr, será de la mano de la ciudadanía, escuchándola, atendiéndola, resolviendo sus demandas más genuinas y justas, como lo es su seguridad.
