En el Palacio del rey Oba Jimoh Oyewumi, de la ciudad de Ogbomoso en Nigeria, murió la tortuga Alagba a la edad de 344 años, convirtiéndose en la más vieja del continente africano y una de las más longevas en el mundo.
Su nombre significa “El anciano”, y murió a causa de una enfermedad menor a pesar del cuidado exhaustivo de sus asistentes, quienes le proporcionaban servicios médicos, alimentos y todas las comodidades para que recibiera los mejores tratos.
La tortuga vio pasar a varios monarcas en el trono, de quienes fue anfitriona en sus fiestas y un gran atractivo turístico en la ciudad, por lo que la realeza ha decidido preservar su cuerpo para que los turistas sigan conociendo a Algba.
