Una noche antes de acudir a la zona de desastre, Israel Mendoza Duarte, joven que forma parte de la brigada “Chipes Rojos”, se alista para dormir pensando en el incendio forestal que se registró en el paraje “Los Corredores” en el municipio de Tepoztlán. Al día siguiente se pone a analizar el hecho de no saber con certeza si regresará a casa o si terminará lesionado a causa del fuego.
Al estar frente al siniestro, es importante seguir las indicaciones del líder de la brigada, confiar en él y en la situación.

“Tienes que encomendarte a Dios y le pides permiso al cerro para ayudarlo porque realmente hay momentos que te da pavor estar ahí”, detalló.
Para este joven voluntario, hacer un brecheo es muy pesado, pero no existe tanto nerviosismo, sin embargo, cuando se acerca el fuego y se escucha el combustible tronar, ver caer las piedras, los árboles y como se generan otros puntos de calor, es señal de que deben de retirarse del lugar.

Aseguró que los minutos de escape son importantes, por tal motivo no se debe de titubear, de lo contrario, cuando menos se lo esperan podrían estar rodeados por las llamas, situación que les genera miedo.
“En ocasiones uno quiere ayudar más a pesar de que arriesgas la vida”
Salir de la zona de desastre es un alivio para cualquier voluntario, sin embargo, son ellos los que se quedan insatisfechos, ya que se quedan con la sensación de haber apoyado más, pero en ocasiones no es posible por la gravedad del incendio.
“Uno también se apoya en el trabajo de sus demás compañeros brigadistas que están actuando en otras áreas y uno se va al menos con un poco de calma al saber que ayudaste, pero también con un sentimiento de tristeza al ver que se devasta bastante el área natural en la que te encuentras, que es parte de ti y tu pueblo“.Manifestó Israel, con voz entrecortada.
Son horas de arduo trabajo, donde se combate un incendio forestal y los trabajos que se realizan son:
Brecheo, que consiste en hacer un espacio donde no exista combustible que las llamas puedan consumir y así evitar que el fuego avance.

Además del monitoreo del viento para observar en qué dirección va y así prevenir que el fuego pueda cerrar las rutas de escape.
“Todos los trabajos que se llevan a cabo para atender el siniestro en el cerro son complicados y se arriesga la vida en todo momento“, refirió.
“Como tepoztecos no hemos valorado el área natural protegida”
Israel mencionó que, es importante que la gente haga conciencia de que el manejo del fuego es complicado, además de darle al cerro del Tepozteco el valor que se merece, porque no sólo es parte del pueblo, si no también es una Área Natural Protegida.

Lamentó que como “tepoztecos” no hayan valorado como debe de ser las áreas tan bellas que tiene el municipio, sin embargo, lo que reconoció es que cuando se trata de ayudar, la gente se une para brindarle lo poco que tienen a quienes lo necesitan.
“Nos han llevado víveres, afortunadamente la gente es muy acomedida y se desprende de lo poquito que tienen para dar mucho a los brigadistas y a los voluntarios, la solidaridad es lo que caracteriza al pueblo, la parte cálida de la gente”, concluyó Israel, con una sonrisa de orgullo.Concluyó Israel, con una sonrisa de orgullo

Cabe mencionar que muchas de las brigadas voluntarias no reciben un sueldo, por lo que el trabajo que realizan es más un tema de empatía, voluntad de ayudar y sentir amor por lo que hay en el lugar afectado, que en este caso, es el Cerro del Tepozteco.