Doña Albertina Flores, una campesina de la tercera edad originaria de la región de Cajamarca, al norte de Perú, llegó con parte de su cosecha a un comedor comunitario de la zona para donarla a los pacientes COVID-19 que se encontraban aislados en dichas instalaciones.
Cargando dos alforjas, la abuelita llegó con una de las voluntarias que atienden el lugar y le dijo “aquí les traigo una cosita… disculpen que no traiga más, pero vengo caminando”; entonces soltó el cargamento e inmediatamente el resto de los encargados fueron a ayudarle.
En un acto de humildad y generosidad, Doña Albertina donó parte de su cosecha a aquellos infectados que necesitaban la ayuda pues en ese momento se encontraban aislados.
La historia fue dada a conocer en redes sociales por un trabajador de la Municipalidad Distrital de Pimpingos, asegurando que es una lección de que “da más aquel que no tiene, que aquel que tiene y no da nada”.
Por ello, una semana después del generoso acto de la campesina, los mismos trabajadores fueron hasta su comunidad para llevarle dinero y alimentos que habían sido donados por otra personas que se vio conmovida por la historia.
Aunque los hechos ocurrieron el pasado 17 de mayo, hace unos días el comenzó a hacerse viral en toda América Latina.
Con información de La República.
