Decir de vez en cuando “me duele la rodilla” a ser un dolor que molesta las 24 horas del día, podría ser un indicativo de que el cuerpo comienza a envejecer. El Instituto Nacional de Geriatría (INGer), explica como es que la percepción del dolor cambia en una etapa y otra de la vida.
A medida que crecemos la percepción del dolor va cambiando, estar atentos a dichos cambios permitirá diferenciar si el dolor que percibes es acorde a tu edad o manifesta alguna enfermedad que requerirá mayor atención
El INGer detalla que algunos cambios son “normales” con la edad, entre ellos es la “reducción” en la sensibilidad al dolor, es decir, que podemos soportar más el dolor ya que los nervios periféricos y el sistema nervioso central se desgastan.
Otro cambio es que “disminuye” la capacidad de percibir sensaciones de frío o calor, y la rigidez muscular y articular, afectando la capacidad para movernos o experimentar dolor corporal.
Los cambios “anormales” que puede ser significativo de enfermedades graves son: dolor persistente o agudo en donde no haya una lesión , dolor repentino e intenso; cambios repentinos en la sensibilidad, es decir, entumecimiento, hormigueo o pérdida completa de la sensibilidad.
Y dolor que interfiere con la calidad de vida. Para ello, consultar a un especialista será la decisión ideal.
