Beijing se apresura a rastrear un brote de Covid-19 que pudo haberse propagado en la capital durante una semana, de acuerdo con las autoridades de la ciudad durante el fin de semana, lo que aumenta la posibilidad de que pronto se implementen restricciones más estrictas en línea con otras ciudades chinas.
La presión para contener el brote en la capital surge a medida que los casos continúan creciendo en Shanghái, a pesar de un confinamiento fallido de semanas que ha paralizado el centro financiero. Ante esta alerta sanitaria, las autoridades japonesas comenzaron a realizar pruebas a millones de residentes y cerró distritos comerciales y de negocios a partir de este lunes por un nuevo brote de COVID-19.
Aunque se han detectado 70 casos en la ciudad de más de 21 millones de personas desde que comenzó el brote el viernes, las autoridades han tomado medidas extremas para evitar que se propague el virus.
“La ciudad ha visto recientemente varios brotes que involucran múltiples cadenas de transmisión, y el riesgo de transmisión continua y no detectada es alto. La situación es urgente y sombría”, expresó el funcionario municipal Tian Wei.
Cabe señalar que Shanghái, que lleva más de dos semanas en cuarentena, reportó más de 19 mil nuevos contagios y 51 muertos en las 24 horas previas. Por lo cual, las fronteras de China se mantienen en gran parte cerradas debido a su firme estrategia contra el virus, y el impacto económico de la pandemia sigue creciendo.
Los cierres y las cuarentenas forzadas en Shanghái han provocado ira y desesperación entre los ciudadanos, que han luchado por acceder a alimentos y atención médica. Si bien el gobierno había dicho anteriormente que no implementaría un cierre total en toda la ciudad, lo que dejó a muchos desprevenidos cuando los funcionarios cambiaron rápidamente de rumbo a fines del mes pasado.
