Tras enfrentar múltiples fallos técnicos, la Starliner se desacopló de la Estación Espacial Internacional (EEI) y realizó su regreso a la Tierra sin los astronautas previstos.
La nave, que debía realizar un viaje de ocho días, se vio obligada a extender su misión a tres meses debido a problemas con el sistema de propulsión y fugas de helio.
Finalmente, la cápsula completó un vuelo autónomo de seis horas y aterrizó con éxito en el puerto espacial White Sands, en Nuevo México, utilizando un sistema de paracaídas.
Los astronautas Barry 'Butch' Wilmore y Sunita 'Suni' Williams, quienes debían regresar en la Starliner, permanecerán en la EEI hasta febrero de 2025.
La NASA ha decidido que su retorno se efectuará en una nave Crew Dragon de SpaceX, en lugar de la Starliner, debido a los riesgos asociados con los problemas técnicos persistentes.
La decisión de la NASA ha provocado tensiones con Boeing, que había defendido la seguridad de su cápsula. Sin embargo, los directivos de la misión subrayan que la prioridad es la seguridad de los astronautas.
Steve Stich, del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, expresó confianza en la capacidad de la Starliner para reingresar a la atmósfera y aterrizar con éxito, aunque las fugas de helio siguen siendo una preocupación importante.
La próxima misión Crew 9 de SpaceX, programada para el 24 de septiembre desde el Centro Espacial Kennedy, se verá afectada por esta situación.
La misión, que tenía previsto llevar cuatro tripulantes, se realizará con solo dos, para acomodar a Wilmore y Williams en su regreso.