Después de dos meses de cuarentena, la ciudad china donde se originó el COVID-19, Wuhan, comenzó a regresar a la normalidad.
Los primeros en salir fueron los vendedores ambulantes, quienes salieron a las calles con cubrebocas y guantes para ofrecer productos básicos como carne y verduras; aunque la mayoría de las tiendas continúan cerradas.
Cerca de 11 millones de personas se mantuvieron en resguardo domiciliario obligatorio durante al menos dos meses; ahora el gobierno chino intenta reactivar la economía poco a poco, con un orden rígido.
Aunque la mayoría de las tiendas no se encuentran activas aún, los pocos barrios comerciales abiertos operan con medidas extremas, por ejemplo realizando las transacciones por encima de altas barreras amarillas, pues los accesos aún son controlados.
Por otra parte, Wuhan se prepara para un homenaje en honor a las 3 mil 322 víctimas mortales del COVID-19 en la ciudad, especialmente a quienes pertenecían al personal de Salud, nombrados hoy como mártires.
Desde el sábado a las 10 de la mañana se colocarán las banderas a media asta; las sirenas de ambulancias, autos, trenes y buques serán activadas, y se ha pedido a la gente que no visite los cementerios.
Cuando todas las fábricas y negocios operen con normalidad, las autoridades seguirán manteniendo filtros de Salud para prevenir nuevos contagios.
