Los jóvenes asesinados al interior de un centro de rehabilitación contra las adicciones en Irapuato, Guanajuato, fueron despedidos este viernes en una misa solemne.
El Párroco Evaristo Rosales fue el encargado de llevar a cabo la ceremonia religiosa en la que asistieron familiares, vecinos y amigos de las víctimas, que hasta la tarde de ayer sumaban 26.
Durante una entrevista con Milenio, el sacerdote dijo que la comunidad de Arandas, donde se encontraba el anexo atacado, era una comunidad muy segura, pero que ahora los pobladores tienen miedo debido a los últimos eventos delictivos.
“Solo buscaban una segunda oportunidad al estar en un anexo, buscaban reivindicar su vida, estaban en una oportunidad y lo estaban haciendo”, declaró el religioso.
Los hechos ocurrieron el pasado miércoles, cuando cerca de las 18:00 h un comando armado conformado por 12 personas llegó en una camioneta roja hasta el lugar, entró y acostó a los jóvenes en el suelo para posteriormente dispararles.
El alcalde de Irapuato, Ricardo Ortiz Gutiérrez, lamentó el atentado y señaló que dicho centro de rehabilitación no se encontraba registrado oficialmente.
El Ayuntamiento y la Diócesis del estado comenzarán con la entrega de ayudas económicas a las familias afectadas para realizar los funerales.
Con información de Milenio.
