El día de ayer 8 de marzo, conmemoramos una vez más el “Día Internacional de la Mujer”, en donde para esta edición el lema establecido por ONU MUJERES fue: “Igualdad de género hoy, para un mañana sostenible”, teniendo como premisa fundamental el que las mujeres y niñas lideren y dirijan el cambio en pos de soluciones, de la mitigación y la adaptación climática, es decir, a través de la igualdad de género, hacer frente a la crisis climática al ser uno de los mayores desafíos mundial del Siglo XXI.
Lo anterior, pareciera ubicar a México en una dimensión totalmente distinta, pues si bien es cierto que el cambio climático es un factor a considerar en el desarrollo social, económico y político de un país, la realidad es que aquí, las prioridades y necesidades inmediatas de atención son otras, pues por un lado a nivel mundial pareciera hacerse un esfuerzo para que a través de la igualdad de género buscar un mañana sostenible, hoy en México nos encontramos ante una dura realidad de violencia, discriminación e inseguridad, con más de 10 feminicidios y desapariciones diarias.
¿Cómo entonces podemos entrar en una agenda que busca un futuro sustentable, cuando en el presente de México, las mujeres se encuentran en el centro de las violencias?, ¿Cómo pretender que las niñas y adolescentes sean visibilizadas a través de sus propuestas para hacer frente al cambio climático, cuando aún existen lugares en las que son vendidas?
Por si fuera poco, México registra el mayor número de embarazos adolescentes y desapariciones en América Latina con 350 mil al año, casi mil al día, mientras que el Consejo Nacional de Población ha estimado un aumento del 30 % respecto al 2021, esto derivado de diversos factores como el confinamiento en el que niñas y adolescentes fueron más vulnerables a ataques sexuales y abusos, la suspensión de clases presenciales y la falta de atención en unidades de salud, lo cual originó la privación a instancias de prevención, atención y contención psicológica, puesto que en América Latina solo el 2 % del gasto se dedicó a la salud mental.
Para hacer frente a la problemática real de violencia que apremia a las mujeres en México, es necesario generar políticas públicas que involucren a las juventudes, no para decirles que hacer, sino para entenderlas y atenderlas, comenzando desde lo local, promoviendo espacios de participación ciudadana, elaborar diagnósticos participativos, visibilizar y trabajar en el derecho a la salud mental, desarrollar políticas públicas incluyentes y antidiscriminatorias y por supuesto, elaborar una agenda territorial que promueva la “construcción de espacios favorables y seguros para las mujeres y niñas”, tal y como se trabaja desde el Instituto de la Mujer de Cuernavaca.
De esta manera, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, de ninguna manera puede ni debe ser motivo de felicitación para ellas, sobre todo cuando tenemos más dudas que respuestas, y no respecto al cambio climático, sino por el clima, pero de violencia a la que diario se enfrentan las mujeres mexicanas.
