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Monja ruega a soldados que le disparen a ella y no a los niños durante disturbios

La hermana Ann Rose Nu Twang fue protagonista de una escena dramática en Myanmar, durante los disturbios que han surgido tras el golpe militar contra el gobierno legítimo de aquel país. Desde entonces, miles de ciudadanos han salido a las calles para exigir al gobierno golpista se retire y libere a los líderes derrocados, una de ellas es Aun San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz y principal cabeza del movimiento de pacificación nacional desde hace décadas. Estos disturbios han dejado más de 1800 detenidos y 60 civiles muertos.

Mientras militares avanzaban para reprimir a un grupo de manifestantes en la ciudad de Myitkyina, en el que se encontraba un grupo de menores de edad a cargo de la religiosa, esta les cortó el paso y de rodillas les rogó que no fueran a disparar en contra de los niños.

Las fuerzas armadas, confundidas entre las órdenes recibidas y su moral, únicamente atinaron a observar a la monja, incluso algunos de ellos se hincaron también, como quien pide perdón por cometer algún acto indebido. La mujer religiosa abrió los brazos en señal de rendición.

“Me arrodillé … rogándoles que no dispararan y torturaran a los niños, sino que me dispararan y me mataran”.Hermana Ann Rose Nu Twang

Sin embargo, fieles a la obediencia castrense, continuaron su camino, disparando contra los manifestantes y matando a dos jóvenes adultos.

“Los niños entraron en pánico y corrieron hacia el frente… No podía hacer nada, pero estaba orando para que Dios salvara y ayudara a los niños. Vi a un hombre con un disparo en la cabeza caer muerto frente a mi, luego sentí el gas lacrimógeno. Sentí que el mundo se estaba derrumbando. Estoy muy triste por lo que pasó mientras les rogaba”.Hermana Ann Rose Nu Twang

Esta no fue la única vez que la hermana Nu Twang se enfrentó a la milicia golpista de Myanmar, ya que el pasado 28 de febrero también intentó detener a un grupo de policías que iban a reprimir a unos manifestantes. En aquella ocasión la monja tuvo el apoyo de sus hermanas religiosas y del obispo local, quienes suplicaron clemencia para las personas que estaban exigiendo justicia.

“No puedo quedarme de pie y mirar sin hacer nada, ver lo que está sucediendo frente a mis ojos mientras todo Myanmar está de duelo”.Hermana Ann Rose Nu Twang

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