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Salvador Cabañas: ¿Fue solo un arrebato de ira?

La crónica tras el escandaloso ataque a Salvador Cabañas.

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Foto: Récord

La madrugada del 25 de enero del 2010, la Ciudad de México se conmocionó al difundirse la noticia en la que se confirmaba que el delantero del Club América, Salvador Cabañas, había recibido un disparo en la cabeza.

Los hechos ocurrieron en el exclusivo centro nocturno llamado Bar Bar, ubicado en Insurgentes Sur 1854, en Álvaro Obregón; Cabañas habría llegado al lugar en compañía de su esposa, María Alonso Mena, y su cuñado, Amancio Rojas Fernández, cerca de la 1:30 de la mañana para celebrar que se convertiría en tío.

El ataque, según las cámaras de seguridad del establecimiento, ocurrió horas más tarde en los baños de hombres, cuando el reloj marcaba las 5:18 de la mañana. Salvador Cabañas habría ido a los sanitarios, y minutos más tarde José Jorge Balderas Garza, alías el “JJ”, haría lo mismo.

Según los primeros informes, la riña comenzó por un conflicto deportivo. Aparentemente, el empresario Balderas ingresó a la habitación seguido de su escolta, quien se mantuvo de pie fuera de los baños supervisando que nadie entrara.

Posteriormente, Salvador Cabañas y José Jorge discutían, entre empujones y algunos insultos, el “JJ” decidió ponerle fin al conflicto y apuntó a la cabeza al ex jugador del América, para posteriormente tirar del gatillo.

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Foto: Infobae

Entre la música y la distracción de los presentes en el Bar Bar, Jorge Balderas logró huir junto a sus cómplices, mientras que en el lugar llamaban a los cuerpos de emergencia para asistir a Cabañas.

Mas tarde, se dio a conocer que pese a haber recibido un disparo a quemarropa en la cabeza, estuvo consciente en todo momento, así lo declaró su esposa años después de aquella trágica.

Tras este incidente, Salvador Cabañas estuvo casi dos meses hospitalizado. Afortunadamente, fue intervenido de emergencia, salvándole la vida. Sin embargo, la bala nunca pudo ser extraída de su cerebro, por lo que, hasta este día, sigue alojada en su cerebro.

“El contador” era el escolta de José Jorge Balderas y, en su momento, fue el primer sospechoso del ataque a Salvador Cabañas debido a que el “JJ” lo habría culpado de la agresión y del disparo al ex futbolista.

Eventualmente, se comprobó que el verdadero agresor habría sido José Jorge ya que fue quien portaba el arma al interior de los baños.
Entonces, ¿qué pasó realmente?

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Foto: Gente Gol


A lo largo de estos años se han acumulado diferentes versiones de los hechos, en una de ellas, contada por el mismo “JJ”, Cabañas habría iniciado el pleito al ingresar al baño del Bar Bar. En ese escenario, el escolta habría actuado en defensa de Jorge Balderas, dándole un tiro en la cabeza a Salvador Cabañas.

“Cuando salí él estaba ahí obstruyendo el paso y le pegué y le dije ‘con permiso’, y no me hizo caso. Entonces me atravesé y lo rocé y me tiró un golpe, ahí fue donde también me molesté y le reclamé. Ya vi que era él y traté de calmar la situación, pero pues el amigo andaba muy borracho y agresivo, y luego pues ya peleamos y entró ‘El Contador’, y le dieron un balazo al amigo”, expresó el “JJ” en una entrevista con Carlos Loret de Mola.

Por su parte, “El contador”, aseguró que Balderas Garza fue quien inició el conflicto, amenazando a Cabañas, para segundos después dispararle en la cabeza. Cuando estuvo a salvo, el propio Salvador Cabañas identificó a José Jorge Balderas como su agresor, por lo que en 2019 se le impuso una sentencia de 20 años de prisión.

Irónicamente, la sentencia vino a partir de una investigación en donde se dio a conocer que el “JJ” era el líder de una red de narcotráfico que operaba en la CDMX. Por lo que su caso por agresión y tentativa de homicidio en contra de Salvador Cabañas fue desestimada por falta de pruebas.

¿Qué fue del “JJ” y de Cabañas? Se especula que Jorge Balderas no cumplió con los 20 años de prisión que se le habían impuesto, ya que aparentemente en la actualidad forma parte de un programa de testigo protegido.

La versión tomó fuerza, ya que no aparece en ninguna de las bases de datos de las prisiones en las que podría estar recluido. Y eso es algo que suele pasar cuando un miembro de alguna organización delictiva ofrece información, obteniendo protección a cambio.

Por su parte, a más de diez años de la agresión, Salvador Cabañas regresó a vivir a casa de sus padres; vive lejos de los reflectores. Seguramente el exjugador del América se sigue preguntando una y otra vez, “¿para qué fui al Bar Bar aquella noche?”.


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