Para este 2024, los diputados de la Legislatura pasada, es decir, la LV se asignaron un presupuesto de 534 millones de pesos a pesar de ser solo 20 legisladores. Por esta razón fueron catalogados como uno de los Congresos estatales más caros del país.
Pero además, en solo 8 meses, es decir de enero a agosto, el último periodo de su gestión, se gastaron 370 millones de pesos y dejaron solo 164 millones a los nuevos diputado, a pesar de que en periodo de elecciones prácticamente “no hicieron nada”.
Esto significa que mientras ellos erogaron 46.2 millones mensuales, ahora los nuevos congresistas deberán ejercer 29.5 millones mensuales y además, hacer frente a las prestaciones de fin de año de los trabajadores del Poder Legislativo.
Para el presidente del Foro Morelense de Abogados, Pedro Martínez Bello, esta situación debe llevar a la actual legislatura, es decir, la LVI, a una revisión minuciosa y exhaustiva de las finanzas del Congreso del Estado para saber si hubo o no, desvío de recursos.
“Es obvio que utilizaron el recurso de forma discrecional, la Quincuagésima Quinta Legislatura tuvo un déficit histórico en su labor y actuó con un alto grado de corrupción al imponer a sus condicionales en espacios de poder, como en la Entidad Superior de Auditoria y Fiscalización (ESAF)”, comentó.
Además aseguró que es indignante que los anteriores diputados vendieran 11 magistraturas en 5 millones de pesos cada una, además de ser cómplices del Fiscal del Estado Uriel Carmona Gándara, entre otros temas.
Consideró que esto debe llevar incluso a presentar denuncias penales en caso de encontrar responsabilidad de los anteriores diputados. Entre los ex legisladores se encuentra Francisco Sánchez, quien se reeligió y fue presidente del Poder Legislativo durante todo su trienio.